Balanced Scorecard

La perspectiva financiera, a pesar de que puede ser un tema polémico, es la finalidad última de la empresa ya que de ella dependerá la continuidad económica de la empresa. Ella es la responsable de que una entidad cuente con capacidad económica para desarrollar su actividad diaria.

Por esta razón se presenta como la principal en el CMI, a objeto de que los objetivos financieros sean los que sirvan de base para el desarrollo del resto.

En esta perspectiva deberemos contestar a la pregunta acerca de cuales son los objetivos que debo cumplir para contentar a los accionistas. En esta base, desde el punto de vista financiero existen dos formas de mejora:

• Estrategia de aumento de ingresos, mediante la obtención de fuentes de ingresos mayores, nuevas o mejorando el ingreso medio de cada cliente mediante la potenciación de la fidelidad del cliente.

• Estrategia de mejora de la productividad: bien mejorando los costes de la empresa o bien mediante una mejor utilización de los activos de los que se dispone.

También existe la opción de utilizar una estrategia mixta entre ambas, normalmente a largo plazo ya que a corto suelen fracasar.

Está claro que el último objetivo es la creación de valor para el accionista, sin embargo, los objetivos planteados respecto a esta perspectiva pueden establecerse en relación a diversos matices como:

• La cifra de negocio: en este apartado podemos incluir multitud de objetivos como las ventas totales en el global de la empresa, en una línea determinada o en un segmento, pero no solo eso si no que a efectos de establecer los indicadores podemos fijarlos como porcentajes de crecimiento, como cifras totales.

• Rentabilidad: suele ser un indicador común bajo estrategias mixtas y de mejora de la productividad. Estos concretamente se suelen basar en ratios financieros como ROI, rotaciones de activos, margen de explotación…

• Liquidez: un aspecto que suele estar muy ligado a los objetivos de las empresas últimamente y directamente relacionado con los costes de estructura y aspectos como la gestión de cobros y de pagos.

• Sostenibilidad: en ocasiones una decisión estratégica como las inversiones en I+D+I pueden, si no están bien planificadas y orientadas con la visión financiera de la empresa, ocasionar daños irreparables en la estructura económica de la misma. Esto ha llevado a que este objetivo suela ser empleado en estrategias de creación de valor para el cliente o inversiones de crecimiento a largo plazo.

Existe otro ámbito de objetivos financieros que, aunque realmente es el objetivo final de una empresa, rara vez se usa. Nos referimos a establecer objetivos en relación al valor de la misma. Aquí entramos en una doble problemática, la dificultad de medición del valor de una empresa y el hecho de que rara vez un indicador o grupo manejable de ellos puede medir realmente el grado de cumplimiento de objetivos en este sentido, por no hablar de la necesidad de hacer una valoración del global de la empresa, incluyendo su marca, para establecerla como base.

En el próximo artículo hablaremos de cómo podemos establecer la perspectiva de clientes en nuestro CMI.